jueves, 3 de noviembre de 2016

3.4 Criticismo

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El criticismo es un sistema de pensamiento que se propone examinar los fundamentos del conocimiento como condición para cualquier reflexión filosófica. Como tal, es una doctrina de orientación epistemológica, crítica del empirismo y el racionalismo. Su mayor exponente es Immanuel Kant.

El criticismo no niega que el hombre pueda acceder al conocimiento, a la verdad, pero considera necesario que haya un examen atento y una justificación racional de la forma en que se alcanza ese conocimiento. Para el criticismo, la investigación del conocer está por encima de la investigación del ser.
En este sentido, es una doctrina que se caracteriza por asumir una actitud crítica y reflexiva ante las afirmaciones de la razón humana, de allí su espíritu cuestionador. De hecho, si analizamos  el término, “criticismo” deriva de crítica, y se compone con el sufijo -ismo, que significa ‘sistema’, ‘doctrina’.
Consideremos, además, que el criticismo es una doctrina filosófica inserta en el pensamiento de la Ilustración, donde la razón ha pasado a ser la instancia suprema; época crítica, propia de la Modernidad, en que se procuró indagar el fundamento racional de las creencias últimas, pues se asumía la crítica como el motor de progreso de la humanidad.

No obstante, no debemos confundir esta postura crítica y reflexiva del criticismo con la actitud incrédula y ultracuestionadora del escepticismo. Así como tampoco podemos relacionarlo con el rigor religioso del dogmatismo. El criticismo ocupa, en este sentido, una postura intermedia entre ambas.

EL CRITICISMO KATIANO  Ya hemos visto que la filosofía kantiana entra dentro del proyecto ilustrado de una crítica a la misma razón.Kant pretende establecer Resultado de imagen para criticismo dibujos

El criticismo kantiano Ya hemos visto que la filosofía kantiana entra dentro del proyecto ilustrado de una crítica a la misma razón.Kant pretende establecer cuáles son los límites y las posibilidades de nuestro conocimiento, único medio por el que el hombre podrá alcanzar su mayoría de edad, librándose de todas las tutelas, oscurantismos y supersticiones.

Está autocrítica de la razón intenta resolver los antagonismos a los que habían llegado las anteriores concepciones antropológicas y epistemológicas que, según el filósofo, pueden unificarse en dos posturas divergentes:
El dogmatismo racionalista, inaugurado por Descartes y cuyo máximo exponente en aquel momento era Wolf y su escuela, pretendían obtener la certeza a partir de ideas y principios innatos de la razón deducidos acríticamente, rechazando el valor del conocimiento que aporta la experiencia.
El escepticismo o el empirismo radical de Hume que, reduciendo todo el ámbito del conocimiento a la experienia, había imposibilitado la obtención de certezas universales y necesarias en el ámbito de las ciencias no formales (física, ciencias naturales, etc.), quedando sumergido todo ello en la mera probabilidad y contingencia.
El criticismo kantiano supone un intento de conciliación y superación de ambas posturas, el racionalismo y el empirismo: aunque todo conocimiento ha de povenir de la experiencia, sin embargo no todo conocimiento se agota en ella, ya que si no, no obtendríamos nunca certezas con carácter universal y necesario.

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